Soy sólo esto, barro no más
En una decisión que no por sorprendente deja de ser escandalosa, el Concejo Deliberante de Gualeguaychú decidió no declarar las actividades del 24 de Marzo, como de interés municipal.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, dice la canción de Rubén Blades, y vaya que es verdad.
La sesión del día 17 de marzo de 2025 en el Concejo Deliberante de Gualeguaychú (se omite lo de “honorable” por no corresponder), será recordada como “el día de la infamia y la traición”, y ello sin ningún tipo de exageración o emotividad, sino desde la perspectiva ética y política, entendido como un vértice que debe regir siempre cualquier decisión que atañe a la otredad, a la comunidad, en especial cuando la institución debería ser la expresión de la voluntad popular de un pueblo atravesado por una historia dolorosa y oscura de tiempos no tan lejanos.
El voto de alguna facción no es novedoso, pues cuando uno repasa sus biografías ellas están plagadas de opiniones y actos que van en este sentido. Tampoco llama la atención de quienes representan a La Libertad Avanza porque su doctrina es negacionista y reaccionaria desde el origen, que obviamente, nada tiene que ver con la libertad ni con el liberalismo. Eso es un eslogan para los cientos de incautos que luego hablan en cualquier esquina del socialismo sin tener la menor idea de lo que ello significa.
Pero sí llama la atención de dos concejales que supieron formar parte de las filas del partido Justicialista (otra vez, y van…). Por su origen (tal vez no es ese su origen y se infiltraron durante algunos años), deberían ser promotores de actividades que recuerdan, conmemoran, educan, previenen, mantienen viva la memoria, de los terribles sucesos acontecidos desde el 24 de Marzo de 1976, que constituye un parte aguas nítido y deviene en la matriz de los sucesivos fracasos en tiempos de semi democracia.
Forman parte de un gobierno municipal que ha producido tantos hechos contundentes de su postura que resulta risorio hoy que alguien cuestione su adhesión a la línea de pensamiento y políticas del gobierno nacional, por ende, de su cómplice gobierno provincial entrerriano (que no es tal porque la titularidad es de un personaje foráneo).
Un somero repaso pone las cosas en perspectiva: desmantelamiento del Museo de la Memoria Popular Osvaldo Delmonte (que será reinstalado en algún momento, no es tan relevante como sí liberar las instalaciones para el carnaval del país); la aberrante decisión de borrar el mural hecho ad hoc recordando algunas de las víctimas del terrorismo de Estado oriundas de nuestra ciudad (las reconocidas hasta ese momento, luego, fruto de un gran trabajo de investigación, se sumarían más personas), que siempre es importante destacarlo, no es sólo un obra de arte, sino, y mucho antes que ello, un testimonio permanente de los caminos tenebrosos que no hay que volver a recorrer, una luz encendida poniendo rostros a la “Desaparición Forzada de Personas”, a lo que en las escuelas se dice “los Desaparecidos”. Parece que la idea es crear un manto de olvido sobre estas verdades históricas donde está escrita “toda la verdad”, ya demostrada hasta el hartazgo por investigaciones históricas y jurídicas nacionales e internacionales, con el método tradicional de sembrar dudas, sesgar información, tergiversar la ciencia histórica.
Como contrapartida, el ensalzamiento del relato castrense, la invocación a un patriotismo basado en el militarismo, en la épica armada, en el desfile marcial, que, por otra parte, abona a las políticas negacionistas y constructuras de «la otra verdad» mentirosa, impulsando el surgimiento de sentimientos viscerales de odio y resentimientos.
Allí, en este tipo de expresiones legislativas es donde naufragan los tratados de Derechos Humanos, las hermosas expresiones electorales, las declaraciones de compromiso para “ser políticamente correctos durante la campaña”. Chantas, embusteros, mentirosos, traidores. Ahí radica la verdad.
Uno de estos concejales fue parte del Grupo de jóvenes de Madre de Plaza de Mayo Gualeguaychú, época de descamisado (con minúscula porque sería darle un porte que no le corresponde), kirchnerista furibundo que “daba la vida por Cristina”. Innumerables veces levantó la voz, defendió con garra y pasión los ideales nacionales y populares. Un tránsfuga.
Qué decir del otro que fuera precandidato a intendente por el PJ. Se ve que será necesario levantar la vara y mejorar los filtros para que no a cualquier cachivache se lo llame auto de carrera, pues resulta inconcebible que viniendo de las entrañas de esa doctrina, de esa mirada ideológica, se renuncie a cuestiones tan graves y relevantes como la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Seguramente en su defensa podrán decir que no sólo de esa forma se está defendiendo esta política nacional e histórica, que ni siquiera Macri atisbó a desarticular (aunque ganas nunca le faltaron), pero indudablemente que ésta es la forma superlativa de hacer honor a fecha tan significativa. Simplemente se está o no se está de este lado de la Verdad histórica. Los Derechos Humanos no son materia opinable, sino un ideario ético y moral superior, resultado de una lucha de miles de años de la humanidad por la dignidad demasiado largamente esperada.
Sobre la declaración de que no se apoyaba porque “iban a criticar al gobierno local”, es tan burdo, tan básico, tan elemental y primario que ni siquiera merece ponderación, solo decir que suena a disculpas ante la atrocidad que se estaba gestando.
Que no tenían la agenda de actividades ya sabemos que fue una mentira de circunstancia, pues cuando se quiso incorporar luego del cuarto intermedio, la rechazaron. La idea de no acompañar ya estaba tomada de antemano y lo demás es puro verso para justificar lo injustificable.
Las políticas de Derechos Humanos no son propiedad de ningún partido político, de ningún sindicato ni colectivo en particular, son constitutivas del pueblo argentino, y como consecuencia de ello, y pese a diferentes gobiernos que hicieron lo imposible para no permitir su avance, las luchas populares lograron institucionalizar hitos, que encuentran su vértice el 24 de Marzo.
Allí se condensan las batallas judiciales, la búsqueda de la Verdad, se mantiene viva la llama de la Memoria activa, la tarea de encontrar los nietos apropiados durante la dictadura, la permanente tarea por recuperar las historias y el paradero de los Detenidos-Desaparecidos. Es mucho más que un día feriado o de concentración en plazas y calles por todo el país y el exterior.
El dolor por los que no están y sigue doliendo, las secuelas sociales, políticas y económicas, las transformaciones culturales fruto del “Proceso de Reorganización Nacional” (o sino de dónde surge esta idea de la política como algo sucio, ruin, indeseable). Es recordar que este día constituye la fundación de una ideología económica llamada neoliberalismo, que, a diferencia de aquel, se precia en su inmoralidad, su amoralidad, su desprecio por la persona como sujeto de derecho. Es ahí dónde nacen las ideas de destrucción del Estado, de pauperización del pueblo trabajador, de la destrucción del entramado de relaciones sociales, políticas y sindicales.
El no acompañamiento es una grave afrenta para un país que, una vez más, se ve sometido a la represión de cualquier expresión democrática. Particularmente grave porque la abstención es un signo de cobardía, de tirar la piedra y esconder la mano. Son eso. Barro no más.
Sin embargo, el resultado de la votación por la no declaración de interés municipal, deviene en bumerang, toda vez que es una falsa lectura de la historia y las luchas populares, y en todo caso, constituye el combustible para unificar toda una impresionante gama de miradas defensoras de los Derechos Humanos, bajo un vigorizado “Nunca Más”, en el Día por la Memoria, La Verdad y La Justicia.
Ordena y clarifica. Organiza una hoja de ruta. Posibilita saber que se hizo mucho pero también hay mucho por revisar para generar anticuerpos a estos tránsfugas, estos personajes truchos, que infectan las organizaciones políticas, sociales y sindicales.
Desde Voces de Inclusión declaramos nuestra postura que siempre ha sido clara y contundente al respecto: ¡NUNCA MÁS!
Por la Memoria, la Verdad y la Justicia, este 24 de Marzo levantaremos una vez más, como si fuera por primera vez, el brazo potente de una porción importante del pueblo que siempre entendió que una Patria Grande y soberana es imposible sin Justicia Social y sin educar en los Derechos Humanos.
¡COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS… PRESENTES… AHORA Y SIEMPRE!
